Hay pérdidas que se quedan dentro.
No todas se superan. Algunas duelen tanto que lo invaden todo. No se tapan con frases hechas ni se diluyen con el paso del tiempo. No es exageración. Es una herida que sigue abierta.
Cuando el duelo se vuelve más difícil
Hay duelos que no avanzan. El dolor se estanca, la culpa se cuela, el cuerpo se agota. La mente va y viene entre lo que fue y lo que ya no será. Aparecen síntomas que cuesta entender: insomnio, ansiedad, vacío, dificultad para seguir con la vida cotidiana.
No siempre hablamos de la muerte de un ser querido. También puede doler una ruptura, una pérdida gestacional, un cambio drástico, la pérdida de salud, un sueño que no se cumplió. Pérdidas invisibles, pero igual de reales.
No se trata de olvidar. Se trata de vivir sin arrastrarlo todo.
Hay duelos que no avanzan. El dolor se estanca, la culpa se cuela, el cuerpo se agota. La mente va y viene entre lo que fue y lo que ya no será. Aparecen síntomas que cuesta entender: insomnio, ansiedad, vacío, dificultad para seguir con la vida cotidiana.
No siempre hablamos de la muerte de un ser querido. También puede doler una ruptura, una pérdida gestacional, un cambio drástico, la pérdida de salud, un sueño que no se cumplió. Pérdidas invisibles, pero igual de reales.
No se trata de olvidar. Se trata de vivir sin arrastrarlo todo.
Trabajamos desde un enfoque respetuoso, integrando lo emocional y lo corporal, para ayudarte a:
- Cómo identificar y regular la activación del sistema nervioso
- El impacto del estrés crónico o la ansiedad sostenida
- Las creencias y exigencias que alimentan el malestar
- La conexión entre cuerpo, mente y emoción
- Recursos para recuperar calma y seguridad interna
Si te dicen que “el tiempo lo cura” y no es así
Quizá ya has intentado seguir adelante. Y no puedes. No es falta de fuerza, es que necesitas un espacio seguro para sentir, elaborar y sanar sin que te apuren.
Aquí no se mide tu proceso con relojes. Se camina contigo.