Cuando el cuerpo habla… y no hay analgésico que lo calle

Hay dolores que no desaparecen con descanso, pastillas ni pruebas médicas.
Y no, no es que “esté en tu cabeza”. Pero sí es posible que haya una carga emocional sosteniendo ese dolor.

A veces duele la espalda, el estómago, la piel. A veces es un nudo en el pecho o un cansancio que no se va.
Y detrás, sin que lo sepas, puede haber una historia que no se cerró, una emoción congelada, un trauma que quedó pendiente.

Aquí no se trata de negar lo físico, sino de entenderlo mejor.
Escuchar al cuerpo como mensajero, y acompañarlo desde un enfoque integrador para que poco a poco puedas soltar esa tensión acumulada, ese malestar que llevas demasiado tiempo cargando.

En terapia trabajaremos:

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